Una persona inteligente
sabe que decir, una persona sabia, sabe además cuando decirlo.
A partir de la evolución tecnológica y social, la utilización de la
palabra “inteligente” se está extendiendo tanto en su significado como en su
aplicación, convirtiéndola en un concepto de imprecisa definición.
En su significado, la palabra inteligente fue variando desde una
definición simple como la de la Real Academia Española
que la define como la capacidad para entender o comprender y para resolver problemas. Hasta
definiciones más amplias y conceptualmente distintas como la que sostiene que
existen ocho inteligencias distintas bastante independientes una de otra (Howard Gardner , teoría
de las inteligencias múltiples).
Estas múltiples inteligencias son la lingüística, matemática,
verbal, musical, corporal, intrapersonal, interpersonal y naturista. Esto
implica que un científico, un músico y un deportista pueden tener el mismo
nivel de inteligencia general, reflejado en distintos tipos de inteligencia
particular.
La importancia de considerar este último enfoque se manifiesta por
ejemplo en el hecho que en la actualidad sobran personas graduadas con honores
y con trayectorias técnicamente brillantes, sin embargo los mejores puestos en
las organizaciones estarán ocupados por individuos que además de estas
competencias, tengan la capacidad para generar y promover armonía tanto en el
plano interno de las organizaciones como en las relaciones que sus miembros
establezcan con el entorno (clientes, proveedores, auditores, etc.). Este tipo
de capacidades en las relaciones interpersonales es lo que se denomina inteligencia
emocional.
En su aplicación, el término inteligente comenzó utilizándose para
determinados tipos de sistemas informáticos que poseían capacidad para
“reaccionar” a datos del entorno y que tenían capacidad de “aprendizaje”
mediante redes neuronales u otros mecanismos de la inteligencia artificial.
Si bien se considera que la inteligencia tal como se conoce en los
humanos, podría ser demasiado compleja y dependiente de la fisiología humana
para existir fuera de ellos, en la actualidad el concepto
"inteligente" comenzó a extenderse y aplicarse a dispositivos y a
organizaciones tales como redes sociales y empresas.
El avance de los desarrollos tecnológicos permitió incluir
software en diversos dispositivos y extender en ellos la utilización del
concepto inteligente. En la actualidad es común referirse a teléfonos y
televisores como inteligentes entre otros dispositivos.
También se extendió el término a otro tipo de entidades sociales
como redes o empresas mediante conceptos como inteligencia
colectiva, inteligencia
de negocios y otros similares.
La inteligencia de negocio tiene como uno de sus objetivos combinar datos y
conocimientos como parte del proceso de toma de decisión de la empresa en el
entorno en que se desarrolla. Esto se logra entre otras formas, permitiendo que
la inteligencia del entorno (clientes, proveedores) entre a la empresa y la
enriquezca.
En un mundo cada vez más competitivo y tecnificado, la aplicación del concepto "inteligente" a los distintos procesos de negocio se irá convirtiendo cada vez más de ventaja competitiva a requisito de permanencia en el negocio.
Puede encontrar algunos conceptos adicionales en microedicia.
En un mundo cada vez más competitivo y tecnificado, la aplicación del concepto "inteligente" a los distintos procesos de negocio se irá convirtiendo cada vez más de ventaja competitiva a requisito de permanencia en el negocio.
Puede encontrar algunos conceptos adicionales en microedicia.